Newsletter Nº 7 – Marzo 2023

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Amigos de la Asociación Argentina de Psicología Realista “Ecce Homo”:

Con renovado entusiasmo comenzamos este año 2023 lleno de propuestas, iniciativas y proyectos. Mencionamos aquí algunas:

  • Están abiertas las inscripciones para el curso de «Psicopatología II: recursos terapéuticos, hacia una práctica clínica realista». El mismo tendrá inicio el viernes 14 de abril y finalizará el  viernes 22 de septiembre del presente año. Cuenta con más de 11 expositores especialistas invitados, 22 clases magistrales y bibliografía de cada una de las unidades. Se dictará de manera virtual sincrónica y diferida. Es decir, las clases quedarán grabadas para que las vean cuando deseen. No es necesario haber realizado el curso de psicopatología I para poder realizar el de este año. Aquí dejamos el link para que vean toda la información y puedan inscribirse: https://eccehomopsicologiarealista.com.ar/index.php/cursos-3/
  • Por otro lado, tenemos el agrado de informar que lanzamos un proyecto de formación permanente en psicología clínica realista, para psicólogos y estudiantes avanzados de Mendoza. Es un ciclo de encuentros mensuales presenciales en la ciudad de Mendoza cuyos profesionales a cargo son el Dr. Santiago Vázquez, el Lic. Germán Descotte y el Lic. Martín Sisso. El mismo versa sobre: «Fundamentos en psicoterapia, recursos clínicos y supervisión de casos». La iniciativa pone énfasis en el enfoque plurimetodológico y en los principios antropológicos que lo sustentan. Para sumarse a este proyecto puede comunicarse al Whatsapp de Ecce Homo: +54 9 2615522400. En un futuro próximo replicaremos la actividad y la metodología, tanto de manera presencial como virtual, en otras provincias.
  • Por último queremos comentarle que estamos armando una lista de delegados provinciales para que cada provincia tenga su representante. Nos quedan por cubrir las siguientes provincias: Catamarca, Chaco, Chubut, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, Río Negro, Santa Cruz, Santa Fe, Santiago del Estero y Tierra del Fuego. Si alguno quisiera comunicarse con nosotros para ser delegado de alguna de esas provincias o conoce a alguien que podría serlo, puede enviar un mail a asociacioneccehomo@gmail.com

Con el deseo de que esta nueva etapa de nuestra Asociación fortalezca y profundice nuestro compromiso en la búsqueda de la verdad, ofrecemos nuestra tarea a Dios nuestro Señor y la encomendamos a la guía segura de nuestro común maestro, santo Tomás de Aquino.

Cordialmente,

Dr. Jordán Abud – Presidente

Dr. Santiago Vazquez – Vicepresidente

 

 

«La psicología propiamente tal ha muerto»

Jordán Abud

Así aseguraba hace más de 20 años Michael Gazzaniga, uno de los más fuertes exponentes de las neurociencias, en su libro El pasado de la mente.

Esa es, en parte, la opinión del “sector duro”, neurocientista y “experimental”, sobre la psicología en el mundo. Toda una vertiente significativa abocada a la denominada ciencia de la mente deja afuera a la psicología convencional como postulante serio para su estudio, y deja tal tarea a la lingüística y la sociología, las neurociencias y la cibernética. Esto no podemos desconocerlo.

Parecería un estado terminal de este conocido oficio. Pero, curiosamente, convivimos con algo en apariencia tan contradictorio cuanto innegable y evidente: el mundo se ha psicologizado.

Asistimos, y en particular en Argentina, a un sobrediagnóstico de las patologías psicológicas. La gran mayoría de los argentinos somos especialistas en clínica psicopatológica y psiquiátrica;  todos hablamos de stress, fobia, pánico, psicosis, etc. El entorno cultural y social no habla en clave teológica sino psicológica, y de la popular (en el sentido de amorfa y acrítica). Por todos lados se habla de represión, de catarsis, de racionalización.

Y ya lo sabemos, hay un exilio del confesionario al psicólogo, con todo lo que ello simboliza. En la calle se habla y se siente con cabeza y corazón psicoanalítico, tributando así hasta en los detalles a las categorías antropológicas de la psicología moderna.

Así, en este confuso marco, no sabemos qué es la psicología. Es tal la “equivocidad del término ´psicología´ al extremo de que no es posible distinguir si se trata de una ciencia unitaria y única o más bien de un conjunto heteróclito de conocimientos diversos con poca o ninguna conexión entre sí”, se pregunta nuestro maestro Mario Caponnetto.

Sin embargo, a la par de una necesaria clarificación terminológica, el mundo sigue y las preguntas también.

¿El mundo está necesitando de Dios o de psicólogos? ¿O de psicólogos porque se ha olvidado de Dios? ¿O se puede prescindir de Dios sin el costo de la insanía? Es indudable que el mundo está angustiado. ¿No tendrá esto alguna vinculación con el abandono de Dios?

Las preguntas vinculantes entre el orden moral y el psicopatológico podrían seguir interminablemente. ¿Podría suceder que no contar algo sea lo moralmente prudente aunque haciendo así que el sujeto se prive del efecto legítimamente catártico? ¿Podría darse un caso en que el sujeto se enferme -física y emocionalmente- por no repeler la agresión habiéndolo deliberadamente ofrecido como sacrificio por el prójimo?, ¿se sale indemne emocionalmente de una cultura revolucionaria, anticristiana y contranatura?

No podemos negar que hoy el psicólogo clínico se encuentra en el consultorio (ciertamente, fruto de una demanda cultural y social) frente a una recepción indiferenciada y permanente de problemas morales, espirituales, existenciales, de fe. Y tal vez, con suerte, algunos problemas específicamente psicopatológicos. Dicho en otras palabras: desde luego que no podríamos llegar a principios claros, directrices, si para definir el objeto propio de la psicoterapia nos quedáramos inmersos en la situación, en esta situación social de hoy, extraña, confusa, donde en el psicólogo terminan las más disímiles situaciones y demandas: problemas de conducta, neurológicos, genéticos, temperamentales, de vínculos, espirituales, existenciales, de fe… Evidentemente, no vivimos en un mundo arquitectónicamente teocéntrico, y eso se nota.  Como decía un amigo con ironía: fui al hospital con una gran preocupación pero no encontré a ningún teólogo de turno. El mundo se ha psicologizado y los psicólogos hemos quedado en el medio.

Con una paradoja: por una mala antropología, esta psicología que todo lo absorbe parece mecanizada, inhumana. Es decir, este fondo de psicología sobre el que se quiere interpretar todo, en general, no es tampoco psicología humana, sino más bien reduccionismo transido de ideología. La libertad queda siempre para una posterior conversación. La infidelidad, el delito y la promiscuidad encuentran su capítulo explicativo y justificador en casi todo manual de psicología moderna, o al menos, en toda revista de divulgación. Pero también el amor, la fortaleza y la vida intelectual tienen su principio y fin en extrañas justificaciones, generalmente encriptadas, de corte mítico o extravagante.

En este marco de situación que creemos entrever, ¿qué nos proponemos asumir desde la Asociación Argentina de Psicología Realista Ecce Homo? Pues nada menos que el desafío que por olvidado parece original: volver a las fuentes. Y desde allí descubrir el marco epistemológico de la psicología y de la psicoterapia (que no son lo mismo); recurriendo a la inagotable tradición grecolatina encontrar las claves conceptuales que sostienen el andamiaje de la vieja ciencia del alma; conocer y difundir el magisterio vigente de nombres propios -de aquí y más allá de nuestra Argentina- que tanto han aportado a esta noble ciencia y que se suele desconocer. Y desde allí considerar críticamente tantos aportes -dispares, disímiles y hasta contradictorios de la ciencia moderna-, proponer modos y criterios para una psicoterapia realista, profundizar en una categorización psicopatológica que presupoga una antropología realista.

Todo esto nos proponemos… y más. Hay mucho por hacer, los invitamos a sumarse.

Jordán Abud

                                                                                                  Presidente